La adolescencia, ese momento en el que se deja de ser un niño para dar paso a la juventud, el preámbulo de la vida adulta.
Vamos dejando atrás características infantiles y adquiriendo habilidades autónomas que nos ayudan a hacer frente a un gran número de situaciones novedosas y cada vez más exigentes.
Empiezan a surgir más demandas sociales, académicas, laborales y personales a las que tenemos que hacer frente y con ellas pueden empezar a surgir preguntas acerca de nuestra capacidad para poder solventarlas con éxito. Podemos llegar a sentir que la adaptación supone un reto cada vez mayor y, por lo tanto, es normal que comencemos a sentir que carecemos del control suficiente para hacer frente a estas exigencias.
Así como la infancia es el periodo de mayor aprendizaje, la adolescencia se caracteriza por el periodo de mayor cambio vital. Es normal que surjan pensamientos del tipo:
“Nadie me entiende”
“Quiero más independencia”
“¿Por qué soy así?”
“No tengo amigos”
“No me entiendo, no sé qué me pasa”
Nuestro cuerpo y nuestra mente, tal y como la conocíamos hasta ahora empieza a cambiar, y por ello pueden aparecer una inmensa cantidad de sentimientos encontrados, resultando en vaivenes emocionales y pensamientos cambiantes acerca de nosotros mismos y el mundo.
En Triangle Psicólogos ayudamos los jóvenes y a sus familias a entender mejor estos cambios, aumentando la sensación de control sobre las emociones, el entorno y los cambios físicos/ personales a los que durante estos años se hacen frente. Como padres, además, podemos tener la sensación de “estar haciéndolo todo mal” o de “no entender qué le pasa a mi hijo” debido a esa necesidad de autonomía que comienzan a mostrar los adolescentes, pudiendo generar la sensación de “brecha” en la relación familiar. Es importante sentirse cómodo con el cambio que esta etapa conlleva y poder sacar lo mejor de ella, facilitando la adquisición de herramientas para un correcto crecimiento hacia la adultez.

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